MARTA MINUJIN

Inigualable creadora de símbolos

La extraordinaria trayectoria de Marta Minujín (Buenos Aires, 1943) y su bien merecida celebridad se basan en una compleja producción artística que propone, principalmente, provocar la participación masiva del público, alterar las percepciones y modificar el entorno. Antes que muchos, realizó ambientaciones e instalaciones, trabajó con el arte de la tierra y supo comprender la importancia de los medios de comunicación y la jerarquía de la tecnología. Sorprende actualmente con dos exhibiciones en Buenos Aires. 

Talentosa y constante, Minujín posee un extendido y multifacético itinerario de más de 60 años, que suma pinturas, esculturas y videos, experiencias en happenings y arte efímero, prácticas hippies y tecnológicas, trabajos sobre yeso y vidrio en relieve, diseños de objetos cotidianos, intervenciones urbanas y arte público como David, escultura exhibida en estación Retiro del Subte E, reproduciendo la cabeza fragmentada en nueve partes de la escultura homónima de Miguel Angel. 

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Foto de la página opuesta: Marta Minujin en la terraza de la Fundación Santander

Como pocas artistas, Minujín desde muy joven logró instalar su presencia en la prensa tanto por sus audaces proyectos como porque desarrolló una actitud performática en público. Siempre platinada y con eternos anteojos negros, la artista suele vestir coloridos mamelucos, hechos especialmente para ella con diversos diseños, tonos y texturas. ¿Coincidencia u homenaje? Su abuelo fabricaba ropa de trabajo, en el mismo lugar donde Minujin tiene su amplio estudio.

Es en ese mismo estudio donde la artista armó Pandemia, obra de 2 x 2,60 metros con efecto cinético, exhibida ahora en el Museo Nacional de Bellas Artes. Durante los meses de aislamiento del 2020, Minujín aplicó obsesivamente 22.600 pequeños cuadrados en blanco, negro y siete tonos de gris sobre una tela. En su cuenta de Instagram, la siempre actualizada artista mostró mes a mes el progreso de la pieza sin colores, que despliega su empecinamiento por trabajar y sobrevivir. 

Esculturas habitables, ambientaciones transitables 

La tapa de este número de Hoornik muestra a la artista recostada sobre una de sus coloridas esculturas blandas habitables. Se trata de una estructura hecha con distintos volúmenes de goma espuma y géneros multicolores. Su lejano antecedente fue la exhibición de colchones, en muestras colectivas en un par de galerías porteñas, antes de La Chambre D´Amour (La pieza del amor, 1962), precursora obra de arte de participación, realizada junto al escultor holandés Mark Brusse en París. A su regreso al país, volvió a experimentar con colchones y en 1964 ganó el prestigioso Premio Nacional del Instituto Di Tella con Revuélquese y viva, una construcción armada con una carpa, colchones y almohadones de muchos colores en dónde el público podía “revolcarse” y “vivir en arte”. 

En la gigantesca instalación Galería blanda, realizada inicialmente con Richard Squires en 1973 en una galería en Washington D.C., los colchones y colchonetas fueron centrales para cubrir paredes, techo y piso y así generar un entorno para que los visitantes ingresaran y se divirtieran recorriendo, escuchando música, viendo videos, como en la versión 2009 de Galería blanda exhibida en la feria de galerías arteBA. Multiformes y multicolores, las formas blandas en ocasiones admiten otros materiales como en El árbol de los deseos, 2014-2015, desplegada en la calle Florida. 

La pieza de tapa, Ensoñación Restauradora, tiene materiales fluorescentes multicolores semejantes a los que utiliza en las obras de sitio específico que integran la muestra IMPLOSIÓN!, con catálogo y texto de Rodrigo Alonso, en el Paseo de las Artes y en la terraza de Fundación Santander Argentina, cuyo vidriado edificio luce un ploteado con el rostro de la artista. 

La instalación Conceptos entrelazados (2021) está integrada por una escultura blanda en forma de cubo, con más de 60 piezas acolchadas multicolores y fluorescentes, reflejada en cuatro espejos que la rodean y que en su dorso ostentan gigantografías con la imagen de Minujín joven. Enfrente, un habitáculo invita a sumergirse en una experiencia sensorial. Con la proyección de video mapping y música de Philip Glass, los colores y formas en movimiento de Arte inmersivo (2021) envuelven al visitante y provocan una sensación tan lúdica como vertiginosa. Al aire libre, Autorretrato mediático (2021), es la escultura de hierro pintada de dorado con el rostro de la artista con antejos iluminados digitalmente con tubos de neón. Ésta tiene un código QR que dirige al visitante a una página Web con una encuesta con preguntas sobre el siglo XXI.

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Marta Minujin caminando frente a la instalación Conceptos entrelazados. Fundación Santander Argentina
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El Árbol de los desos. 2014-2015- Bs.As.
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Marta Minujín The Parthenon of Books © Mathias Voelzke
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Marta Minujin & Andy Warhol 1985 - New York

Una, entre centenares de muestras realizada por la artista, es la ambientación transitable La Menesunda, programada para el pasado 2020 en Tate Liverpool y postergada aún sin fecha. La Menesunda británica será la tercera edición de la histórica obra inmersiva, realizada en el Instituto Torcuato Di Tella en 1965 junto a Rubén Santantonín. Recreadas en el Museo Moderno en 2015-2016 en Buenos Aires y en New Museum de Nueva York en 2019, como Marta Minujin: Menesunda Reloaded (Menesunda recargada), las reconstrucciones también provocan experiencias visuales, auditivas, táctiles y sensaciones cruzadas. “Menesunda” en lunfardo es “mezcla”, “confusión”. 

Se ingresa a La Menesunda a través de la cabeza de una gigantesca mujer para recorrer algunas partes interiores de su cuerpo, convertidas en dormitorio, peluquería, túnel de neón, cabina con disco de teléfono, y más. La ambientación fue realizada en base a apuntes, fotos y croquis originales, ya que fue un trabajo efímero. La obra expuesta no sólo reformula el espacio por donde circula el espectador sino que está deliberadamente preparada para que el visitante se vea requerido a involucrarse en el juego propuesto. 

Nueva York, Mar del Plata y Kassel 

Formada en las escuelas de arte de la Argentina, en 1959 comenzó a exhibir dibujos y pinturas “pseudo futuristas”; viajó a París con una beca en 1961. Volvió a Buenos Aires luego de sus acciones en la capital francesa, incluyendo su primer happening en 1963, La Destrucción, donde incendió su propia obra ante numeroso público, indicando su interés en el debate acerca de la “muerte del arte”. 

Tras unos años trabajando en Buenos Aires, y realizando happenings también en Montevideo, Minujín armó sus valijas en 1966 y, con tres sucesivas becas, se fue a vivir a Nueva York. Allí armó proyectos, exhibió su obra y conoció a Andy Warhol; incluso formó parte del cuerpo de profesores del área de “nuevos medios” de New York University en 1968. Antes, en 1967 creó Minuphone, instalando una cabina de teléfono electrónica en Howard Wise Gallery. Dentro de la cabina, tras discar un número se producía alguno de los nueve efectos sensoriales previstos (gas helio, brisas, agua coloreada, tono de llamada, luces, humo), incluyendo la toma de una polaroid. La cabina de teléfono, el discado y sus consecuencias, fue reproducida y exhibida en 2010 en Fundación Telefónica Movistar. 

Reconocida como artista conceptual, Minujin se percibe como Pop, “pero más que nada por los colores que uso y porque mi personalidad es Pop”, dijo a Hoornik. Con el rey del Pop Art realizó en 1985 el simbólico Pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol; quedan las fotos de la entrega de los choclos, del verdadero “oro latinoamericano” al mítico Warhol que pudieron verse en la retrospectiva de la artista en Malba en 2011. En un intento por mediar en el conflicto por las islas Malvinas, Minujín repitió la acción en 1996 en un Festival de Performance organizado por el Institute of Contemporary Art (ICA), Londres. Entonces, la artista entregó los choclos de Solving the International Conflict with Art and Corn (Resolviendo el conflicto internacional con arte y choclos) a una doble de Margaret Thatcher. 

Para la apertura del Museo de Arte Contemporáneo en la Provincia de Buenos Aires, MAR, Minujin fue invitada en 2013 a crear una escultura temporaria en su explanada. Creó un magnífico lobo marino revestido con más de 50.000 envoltorios dorados de alfajores, que resume dos tradiciones de esa ciudad de Costa Atlántica: los alfajores marplatenses y los mamíferos creados por el escultor José Fioravanti, ubicados en la escalinata que conduce al mar desde la plaza de la Rambla del Casino. 

Pero, como la brillante figura de Lobo Marino se convirtió en inmensamente popular, sitio preferido de selfies y protagonista de Instagram, en 2014 se decidió cambiar “su piel” para que quede definitivamente frente al MAR. Cuando se desmontaron, los papeles fueron entregados al público para ser canjeados por alfajores en la casa líder o para ser guardados de recuerdo. Luego, la escultura fue recubierta por miles de símiles de esos envoltorios en aluminio, que se lustran periódicamente. Lobo Marino brilla más que nunca y, como dijo Minujín: “será un icono eterno, porque nadie quiso que desaparezca”. 

La artista volvió a hacer en 2017 el impactante El Partenón de Libros en la ciudad alemana de Kassel donde, cada cinco años, se desarrolla la prestigiosa exhibición internacional Documenta. Esta vez, los libros vinieron de todos los puntos del planeta para construir esta semejanza del Partenón de Atenas; originalmente erigido en Av. 9 de Julio para festejar el advenimiento de la democracia en 1983, con 20.000 libros mayormente prohibidos durante la última dictadura militar (1976-1983).